En
esta obra Apel presenta su teoría consensual de la verdad, una
teoría fenomenológica de la correspondencia, como parte indispensable de una teoría consensual de la
verdad, de modo que se logre una mediación entre la evidencia referida a la
conciencia y la intersubjetividad referida al lenguaje.
Apel,
señalará con su pragmática trascendental
la diferencia de método, de tipo de enunciados y de modo de comprobación entre
la filosofía y las ciencias que, precisamente por ser diferentes pueden
colaborar, cosa que no ocurría si fueran idénticos.
Su
filosofía utiliza el método trascendental, accede a enunciados universales,
criticables y autocorregibles, pero no falibles y recurre, como procedimiento
de comprobación, a la contradicción performativa o contradicción pragmática,
que supone una contradicción entre lo que se dice y lo que pragmáticamente se
está suponiendo para que tenga sentido lo que se dice.
Apel
permanece fiel a su idea de una pragmática trascendental que, aun partiendo del
modo científico de investigar, muestra por reflexión trascendental cómo la
relación entre sujeto y objeto no se produce sin una relación hermenéutica, ni
sin una relación ética entre ellos, urgida por un principio ético.
La Teoría de la Verdad se encuadra en esta pragmática trascendental,
porque en definitiva “verdadero” es en principio un enunciado para un usuario
cuando cree que cualquier otro sujeto racional estaría dispuesto a asignar el
mismo predicado al sujeto.
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